miércoles, 11 de septiembre de 2013

Madrid 2020: un punto de inflexión desde el punto de vista empresarial...

Tras unos días después de la decepcionante no designación de Madrid 2020 como organizadora de los JJ.OO. para esa fecha, el tiempo nos tiene que servir para sentarnos y decidir qué hacer con nuestro país y qué imagen queremos tener primero hacia dentro, para que después nos vean de la misma manera hacia fuera.

Dejando a un lado el por qué no nos han elegido (falta de confianza en nuestro país, escaso presupuesto frente a nuestros rivales o, simplemente, el tener ya construidas las sedes y significar eso que en el COI no podrán "trincar" de casi ningún lado), esta situación debería de significar un punto de inflexión en nuestro país, empresarialmente hablando.


Si el 15-M sirvió para que las estructuras políticas y sociales de España se tambalearan, y ahora ni ciudadanos ni partidos políticos se enfrentan a los problemas del día a día de la misma manera, el NO del COI debería de servir para hacer balance del modelo empresarial / productivo en nuestro país. Y valer para modificar la relación entre empresas, personas y la sociedad en general.

Históricamente España ha sido un país de PYMES donde pequeños empresarios han sido los que han mantenido la sociedad creando empleo, pegándose con una enorme burocracia pública que llega hasta nuestros días y tratando de innovar lo máximo posible, si no antes se han ido al extranjero a hacerlo.


Sin embargo, el "Poder" con mayúsculas nunca ha pensado en este aprox. 90% del tejido empresarial: han preferido arrimarse a empresas como Telefónica, bancos como el Santander o grupos de distribución como El Corte Ingles.

Y en ese sentido, se han proyectado ayudas, prebendas, subvenciones..., hasta llegar al propio proyecto de los JJ.OO. en Madrid. Basándose en una clásica teoría de la Ciencia Política muy aplicada en Latinoamérica el pasado siglo, denominada "Rebosa", la misma pretendía explicar que, si el Poder daba a las élites todo el dinero y los recursos disponibles el Estado, ya fuera en ayudas o simplemente "poniéndose de perfil" en algunas ocasiones, el excedente de estas élites daría lugar a que poco a poco su dinero y "buen hacer" llegaría a las clases medias y de estas a las clases más desfavorecidas.


Visualmente, se pretendía hacer un castillo de copas de cava en la que el estado las llenaría desde su cúspide y, por el efecto rebosa, el vino llegaría a todos los estratos de la sociedad, beneficiándose de proyectos faraónicos entre los que destacan hasta ahora el AVE o grandes infraestructuras viarias, pasando por el patrocinio de grandes proyectos deportivos (Copa América...), hasta llegar a la candidatura(s) de los JJ.OO. en Madrid en tres ocasiones.

Se creía la falacia de que, si Madrid albergaba unos Juegos, todos nos beneficiaríamos: la construcción, el turismo, el comercio, la hostelería, el transporte...

Mucho se habla de Barcelona '92, de su "legado" tras los Juegos celebrados en esta ciudad. Pero, ¿a qué nos referimos?, ¿a lo bien que quedó el Puerto Olímpico?, ¿a cómo se construyo la Villa Olímpica y luego se hizo pisos con ella?, ¿o a que Barcelona modificó su planta urbanística y así dejo de estar "de espaldas al mar"?  No creo que sea a la tasa de paro superior al 20% que tiene la ciudad catalana...


Quizás, como "legado", tras 20 años de este evento, debería de medirse por la creación de empresas, la baja tasa de paro en la ciudad, la innovación medida en el numero de patentes y marcas... Por no decir del propio deporte, donde en nuestro país en la actualidad ni siquiera los deportistas tienen el dinero suficiente para acudir a eventos internacionales sin tener que sufragárselo ellos porque el estado no puede / quiere...

Si 1981-1983 fue el punto de inflexión para terminar con la Transición Política con el golpe del 23.-F y la victoria del socialismo, y 1992 puede ser considerado como la puesta en valor de España en el entorno internacional como potencia de carácter medio, este revés en 2013 debería de servir para que todos los "gurús" en nuestro país se sentaran y, con estos 1.500 millones de euros que íbamos a gastarnos en construcción y más construcción, usarlo en hacer crecer el país desde abajo, y no desde arriba...

(Créditos de las fotos: eldiario.es, jornadalaboral.es, branzai.com, tematicas.org)

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